sábado, 24 de febrero de 2018

Castella corta tres orejas y destellos de Galdós en festival de Asia

Por: Fernando Farfán

En noche cálida y con una agradable y suave brisa veraniega se llevó a cabo el Festival Taurino 2018 en el balneario de Asia. Con tres cuartos de plaza se lidiaron cuatro astados de Roberto Puga de desigual juego y presentación.

Sebastián Castella: Oreja y dos orejas. 

Joaquín Galdós: Silencio y vuelta al ruedo.

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A cien kilómetros al sur de Lima se encuentra el balneario de Asia. Lugar donde se traslada la sociedad limeña más acomodada a disfrutar del verano. Hora y media separan el balneario de la ciudad capital. Se aplaude la idea de montar un espectáculo taurino - musical en esta época del año, y es el empresario Salomón Villafuerte quien se ha encargado de liderar esta iniciativa.

Verónica de recibo de Joaquín Galdós
Con cuarenta y cinco minutos de retraso y una agradable brisa veraniega se dio inicio al festival con una tonada de los “Reyes Gitanos del flamenco” con André Reyes a la cabeza. Seguido despejaron plaza dos bellos caballos de paso peruano. El cartel anunciaba un mano a mano entre el francés Sebastián Castella y el peruano Joaquín Galdós con astados de Roberto Puga. El marco para la ocasión una cómoda y bien montada plaza de toros portátil con todas las comodidades y de impecable iluminación. La música a cargo de los Gipsy Kings.

Se lidiaron cuatro astados de desigual juego y presentación. El segundo fue un desecho con una cornamenta impropia y no apta para un festival de categoría, y salvo el tercero que fue bravo, bajos de casta. Éste fue también el único, aunque gacho y brocho de cuerna, de aceptable presentación. Primero y cuarto los más jóvenes de apariencia.

Sebastián Castella que vistió de terno recibió a la verónica a su primero, un colorado ojo de perdiz que rehuyó al castigo del varilarguero. El quite es por chicuelinas elegantes y garbosas de las que el burel sale distraído. Por el derecho es muy deslucido, protesta y presenta un calamocheo incómodo. Por el izquierdo es reacio a embestir. El galo lo pasaporta de una entera de rápido efecto.

A su segundo un burraco de bonita lámina ordenó no picarlo y lo brindó al respetable. El astado tuvo movilidad y embistió por abajo. Mostró fijeza además que fue pronto y repetidor. Bien Castella por ambos lados ligando los muletazos. Cuando se la dejo muerta en la cara los pases parecían no terminar. Firme y dominador el francés toreando a voluntad a un novillo que soportó una faena larga. Al final hizo amagos de rajarse mientras en los tendidos gritos desaforados de algunos aficionados pidiendo el indulto que no fue concedido, y después de un pinchazo y estocada en buen sitio una justa vuelta al ruedo al de Roberto Puga, que se fue al desolladero sin las orejas puestas. 

No tuvo suerte Joaquín Galdós con lo que sorteó, pero dejo destellos de su toreo caro cargado de arte y pellizco.

Muy bien vestido con un traje campero recibió al segundo de la noche lanceando de manera primorosa. Las verónicas fueron acompasadas, de mentón encajado, cintura rota y acompañando las embestidas con todo el cuerpo. Se gustó Joaquín toreando con naturalidad y despaciosidad. Gusto y temple para trazar los muletazos tirando de su oponente. Mostró oficio el peruano con un astado sin clase y escasa fuerza al que hizo ver mejor de lo que era. Marró con la espada y se le fue la oportunidad de tocar pelo.

Cerró el festival un novillo negro de capa, distraído desde que pisó el ruedo y de poca fuerza. Se movió sin clase desparramando la vista. Joaquín lo llevó a media altura aguantando miradas. El astado solo pasa sin transmitir nada saliendo desentendido. La espada le quedó delantera y caída. Muchas ganas del peruano que el público supo valorar obligándolo a dar una vuelta al ruedo entre la confusión si le era o no concedida la oreja.

Terminado el festejo la fiesta continuó con el fondo musical del afamado grupo francés que entonó sus mas afamadas canciones.

Foto: Martín Campos

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